Derechos Humanos explicados a los niños

No todas las personas tenemos las mismas cosas en todo el mundo.

Algunas personas tienen un grifo en su casa del que sale agua fría para beber y caliente para bañarse. Otras personas no tienen un grifo en su casa y deben caminar muchos kilómetros hasta encontrar un pozo de agua potable.

Algunas personas pueden desayunar, comer y cenar cosas ricas todos los días, pero otras personas apenas tienen un trozo de pan duro para comer y agua sucia para beber desde la mañana hasta la noche. Y casi sin haber comido deben trabajar sin descanso en el campo, en la fábrica o vendiendo lo que puedan en el mercado.

Algunas personas pueden elegir su gobierno. Es decir, algunas personas pueden elegir quién organizará la convivencia diaria. Pueden elegir si se pone multa a los coches que van demasiado rápido por la carretera o si es correcto vigilar lo que tus amigos comparten por internet.

Algunas personas viven en lugares donde no hay carreteras o internet. Algunos niños no pueden ir a la escuela y aprender a leer.

Algunos niños nunca sabrán leer, y por lo tanto les será mucho más difícil informarse sobre lo que ocurre en el mundo. No podrán disfrutar con sus cuentos favoritos. No podrán comunicarse con otros niños por internet. Cuando vayan al banco tendrán que fiarse de lo que les digan otros para coger su dinero. Es bueno saber leer y contar para que no te engañen ni te hagan daño, pero muchos niños han crecido en lugares donde no hay escuelas.

Algunas personas viven en lugares donde no hay médicos o estos cobran mucho dinero. Algunos padres no pueden comprar medicinas ni vacunas a sus hijos. Otras personas viven en lugares donde ir al médico es gratis y sus hijos crecen felices y sanos.

Hace hoy casi 90 años, en 1929, los bancos quebraron y el dinero dejó de valer para comprar cosas. Hubo una terrible crisis económica que hizo que mucha gente que tenía agua de grifo en su casa, coche, escuela gratis, buenos médicos y una vida segura y feliz se volviera pobre de repente. Y esas personas que antes eran ricas y se volvieron pobres se enfadaron con otras que eran todavía más pobres que ellos o que simplemente eran diferentes o habían venido de fuera, como si tuvieran la culpa de todo. Y empezaron a perseguir a las personas que no les gustaban. La culpa era de los bancos, pero las personas se enfadaron unas con otras. Vecinos que vivían en la misma calle dejaron de hablarse y empezaron a desconfiar los unos de los otros.

Todo el mundo se enfadó mucho de repente. Sus padres les habían explicado que lo mejor es resolver nuestros problemas hablando y no peleándose, pero la gente estaba tan enfadada que no escuchaba y se dejaba llevar por el rencor.

Algunas personas se enfadaron tanto que se organizaron para salir a hacer daño a otras personas. Salían de noche con pistolas para matar a personas de raza, religión o ideas diferentes y con antorchas para quemar sus casas y sus tiendas. Durante años, otras personas intentaron hacerles razonar. Pero era inútil. Estaban tan enfadados que no escuchaban. Se habían hecho fascistas. Durante esos años mataron a millones de personas y parecía que no había forma de pararlos. Entonces un día hace casi 80 años, en 1939, los antifascistas se organizaron y declararon la guerra a los fascistas. Empezó la Segunda Guerra Mundial.

La II Guerra Mundial duró 6 años, hasta 1945. Murieron más de 60 millones de personas. Eso es más gente de la que vive hoy en nuestro país, España. Imagina que todas las personas que conoces empezaran a matarse entre sí: tus padres, tu abuela, tus hermanos, tu maestra o la señora que vende el pan en tu barrio. Imagina quedarte solo para siempre porque toda tu familia ha muerto. Esto no podía volver a pasar. Los políticos se dieron cuenta de que las personas habían empezado a matarse entre sí porque creían que no todos tenemos los mismos derechos.

Nadie debería matar o hacer daño a otra persona por el simple hecho de ser diferente. Todas las personas, hombres, mujeres, niñas y niños, tenemos el mismo derecho a que se nos trate bien, sin importar dónde nacemos, de qué color es nuestra piel o cuánto dinero tienen nuestros padres. Porque todos nosotros somos personas. Solo si todos comprendemos esto podemos evitar volver a matarnos entre nosotros.

Por eso, cuando acabó la II Guerra Mundial, algunos de los principales políticos y gobernantes se reunieron para hablar. Querían resolver sus problemas sin pelearse, hablando entre todos. Querían definir unas normas de convivencia que sirvieran para todas las personas, independientemente de su color de piel, sus ideas, si son pobres o ricas o la lengua que hablen.

Todos los seres humanos debemos respetarnos, tratarnos bien y cooperar juntos. Porque todos somos personas que nacen libres e iguales y merecen un trato digno. Esa es la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Este año, el 10 de diciembre de 2018, la Declaración Universal de los Derechos Humanos o DUDH va a cumplir 60 años. En esta web vamos a explicar cada día un trocito para que la entiendan bien todos los niños. Hoy vamos a empezar por el título.

Qué significa Declaración Universal de los Derechos Humanos

Declaración

Hacer una declaración es mostrar a los demás algo que no estaba claro y explicarlo con tus palabras. Cuando declaras algo haces que los demás lo conozcan.

Puedes declarar que quieres mucho a tus padres, que la tarta de queso es tu postre favorito o que todas las personas nacemos libres e iguales. De esa forma lo que dices le queda claro a todo el mundo, los demás ya no pueden decir que no lo sabían.

Universal

Universal significa que afecta a todas las personas que viven en el mundo, en nuestro sistema solar, en la galaxia, en el Universo.
¡En todas partes!

Derechos Humanos

Los Derechos Humanos son el conjunto de normas que permiten que todos los seres humanos (es decir, las personas) podamos ser tratados con dignidad y justicia.

Algunos seres humanos son bajitos, otros son altos. Algunos tienen la piel oscura, otros tienen los ojos claros. Algunas personas nacen en Badajoz, otras nacen en Laponia. Algunas personas son niñas. Algunas personas son niños. Otras personas son muy mayores o llevan ropa divertida. Hay personas que corren mucho pero otras no pueden andar y necesitan ayuda. Hay personas sanas y personas enfermas. Son muchas las diferencias, pero todos compartimos algo:

Todos somos personas.

Por eso, porque los derechos son de todas las personas, se llaman Derechos Humanos. Si fueran los derechos de los perros, se llamarían Derechos Perrunos. 🐕

A veces, para abreviar, en vez de decir Declaración Universal de los Derechos Humanos cogemos la primera letra de cada palabra y decimos DUDH. DUDH es el acrónimo de Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Partes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Cuando un montón de personas se sentaron juntas en 1948 para darnos unas normas con las que convivir en paz se dieron cuenta de que tenían que ser ordenadas o no llegarían a un acuerdo jamás. Por eso decidieron poner un número a cada norma que se les ocurrió. Todas las normas de la DUDH tienen un número para ordenarlas y se llaman artículos. La DUDH tiene un preámbulo y 30 artículos.

¿Qué es un preámbulo? El preámbulo es lo que va antes de algo. Por ejemplo, la comida es el preámbulo del postre. En el caso de la DUDH, el preámbulo sirve para explicar por qué hicieron la Declaración y para qué.

¿Qué es un artículo? Un artículo es cada una de las treinta normas en que se basa la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos se hizo así: primero explicaron en el Preámbulo cómo se les ocurrió la idea y por qué la hicieron. Y luego pusieron la norma número 1, siguieron con la número 2, después la número 3 y así hasta llegar a la 30. Las normas de la DUDH se llaman artículos.

Aunque estas normas son para todas las personas incluidos los niños, los políticos que las hicieron no se acordaron de que también tenían que entenderlas los niños. Por eso ahora vamos a explicar la DUDH con palabras que puedan entender todas las niñas y los niños.